Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
MEMORIALES DE LAS INDIAS AUSTRALES



Comentario

MEMORIAL 10




Excelentísimo señor. El capitán Pedro Fernández de Quirós, digo que a los siete días del mes de marzo pasado llegué a la ciudad de los Reyes y que a los tres días andados, por no poder antes, presenté a vuestra excelencia una cédula emanada del Consejo de Estado en que Su Majestad manda que yo salga desde puerto del Callao con dos navíos bien aviados a descubrir la parte incógnita del sur , para lo cual vuestra excelencia fue servido hacerme merced de admitirme y mandar que yo señalase dos navíos que más a propósito fuesen, y que habiendo precedido algunos gastos de tiempo fueron hechas diligencias por las cuales yo nombré un navío llamado San Pedro, cuyo dueño se dice Sebastián de Goite y Figueroa, por ser navío muy acomodado para el tal descubrimiento, y por mandado de vuestra excelencia sea visto y aprobado por personas práticas y sólo hace (...).



Y para el otro que verse está suplico a vuestra excelencia muy humildemente se sirva de mandar que hoy miércoles veintisiete de abril el general don José de Ulloa, persona de ciencia y experiencia, y más la mía; se han visto dos los navíos que están surtos en el dicho puerto y de ellos se escoja y elija aquel navío que le pareciere ser más propio, no reparando en que (...) además de ciento y cincuenta o doscientas cuando no lo haya de cien toneladas, y me sea luego entregado juntamente con el dicho navío San Pedro y más la lancha que trajo la gente perdió, para que con toda breveza vaya luego dando orden en mi despacho que espero que sea para el día de San Francisco, o que no pase de todo octubre, que es la ocasión eficaz para dar las velas todo puesto y seguir la derrota oestsudueste, para lo cual es prestísimo, con la misma voluntad que ofrecí a Su Majestad.





Y digo más, señor excelentísimo, que las memorias de todo lo que le ofrezco de apresto para el dicho mi viaje, como vuestra excelencia me tiene mandado penderle estar cierto de los navíos que tengo de llevar y de los mismos navíos y obras y aderezos, y de llevarse el número de la gente que en ellos ha de ir, y de la gente, los bastimentos y lo demás para un año en que se cifran memorias, y que es muy fácil lo (?) cause a este punto para con certeza medir y decir.



Y digo más, señor excelentísimo, que es muy necesario que vuestra excelencia se sirva de señalar las pagas adelantadas que han de haber los marineros y oficiales y que yo pueda admitir los muchos y buenos que se me ofrecen, y salvando siempre su mejor parecer de vuestra excelencia, paréceme que por ser el viaje tan dudoso y largo y para tanto cuanto tienen menester por venirse y otras cosas (?) vuestro, que será bueno un año de pagar adelantado del mesmo sueldo que Su Majestad paga en este vuestro a los que le sirven en sus naos, y que les corran su sueldo y raciones desde el día que se alisten, y que les vaya corriendo lo mismo como es uso y costumbre hasta se acabar el viaje.



Y más también, excelentísimo, es menester una bodega y casa grande para lo que fuere percibiendo y dando para los navíos y menesteres y para hacer las velas y lo demás.



Y más también, el crédito para el gasto de mulas de y para Lima y a otras artes que se pueden ofrecer para ello, Señor, no tengo fuerzas ni crédito aquí de un solo real, y por estas faltas pueden faltar como faltan muy buenos efectos.



Y más también, señor excelentísimo, paréceme ser muy conveniente e importante todo lo que vuestra excelencia se sirva demandar que de las barras de plata que su majestad al presente tiene en este puerto en el galeón jesús María, que ahora viene de Arica, se quede aquí en el Callao la parte que vuestra excelencia ha de mandar y a estar en el dicho mi despacho, y muy conforme a lo que su majestad manda en su cédula.



Y más también, señor excelentísimo, he menester un instrumento para con él observar la variación dela aguja en el transcurso de mi viaje, como su majestad me lo manda, y otros instrumentos que son forzosos para usar dellos, y estos tales se han de hacer en Lima.



Y digo más, que vuestra excelencia ayer, y estando presente el secretario de gobierno, me mandó que yo me resolviese en la tocante a navío y aprestos, para lo cual digo a su majestad excelentísima que siempre he estado y estoy resuelto y muy derecho para hacer todo cuanto su majestad me tiene ordenado y manda, y que si vuestra excelencia se sirve de darme los dos navíos que más a vuestro propósito fuesen, y la lancha y la casa para su despacho y comodidad mía, y lo demás que a vuestra excelencia suplico en esta memoria, que luego al ahora trataré con pasos prestos de laborar lo que hasta aquí no he podido, por todas faltas, y que pediré todas las otras cosas tocantes a mi avío y las que más se ofreciesen y son forzosas, y que en todo me remito a lo que vuestra excelencia ordenare y mandare, y que cumplo en esto con todas obligaciones debidas a mi parte, y que estoy muy cierto que vuestra excelencia se a de servir de hacerme las mercedes que espero como de príncipe que sabe muy bien cuanto mi demanda vale para con Dios y con las gentes, y para aumento de la corona de su majestad y de su servicio, y justo en cuyo nombre solicito y pido y acuerdo a vuestra excelencia que los medios justos que voy buscando en (?) con el estado se dice ser el item que más importa, para haber un buen suceso en las cosas que se intentan y pretenden.





A vuestra excelencia suplico muy encarecidamente la respuesta determinada de cuanto digo, y tan en forma cuanto en todo me conviene para escrebirlo así a su majestad, o irle yo a dar la cuenta de todo, o de golpe ir a tantas miserias cuantas hacen años que paso sin poder pasando, y sufriendo tantas acabar de armarme en caso tan importante como traigo a mi cuidado.



Y más también, acuerdo a vuestra excelencia que se dice aquí en el Callao, en público, que Alonso Serra Tomé ha dado quinientos ducados porque le largase su navío, que no tengo cosa que más el nombre, por ser mi caudal principal que la verdad y llaneza con que parto y que su santidad y su majestad fíen de mí muy grandes cosas, y que yo deseo bien acertar y servir, y que ya que no gana mi vida en estos tratos, que no pierda mi honra sin deber nada.



Pedro Fernández de Quirós